Sin duda, las reformas deben servir para transformar espacios volviéndolos más confortables y adaptados a las necesidades de sus propietarios. Este es el caso del cambio radical que ha vivido una zona de día de esta vivienda ubicada en Sabadell, rediseñada por Laura Martínez Interiorismo.
La propietaria quería renovar por completo esta zona del piso; una zona que estaba construida de manera tradicional, con la clásica tabiquería dividiendo cada uno de los espacios para conseguir ese cambio radical, la interiorista planteó conseguir una zona diáfana, funcional y con la mayor sensación de amplitud posible.
Para poner en práctica esta idea, el equipo de Laura Martínez Interiorismo apostó por un espacio sin limitaciones visuales, creando un único espacio abierto en el que se integra el salón-comedor y la cocina. En este espacio, además de la amplitud visual, la luminosidad es clave.
A la cocina se le ha unido el lavadero, unificando así conceptos a la par que se ha conseguido que esta zona quede totalmente integrada y oculta.
Los protagonistas de la reforma: el blanco y la madera de roble
Para potenciar la luz natural y crear una atmósfera cálida y confortable, Laura Martínez y su equipo han dado prioridad a los tonos blancos y complementos de madera de roble natural.
El suelo de esta zona es de parquet de madera de roble natural, excepto en la zona de cocina donde por su mayor resistencia y funcionalidad se ha utilizado un pavimento porcelánico en tonalidades marrón y gris.
El mobiliario de la cocina, en un blanco impoluto, ha sido realizado totalmente a medida, destacando la ausencia de tiradores. Junto a la isla, se ha colocado a media altura un paramento parcial en cristal y aluminio, éste sirve para diferenciar la zona de cocina de la zona de salón-comedor.
Para el resto de elementos decorativos se ha implementado una paleta de tonos neutros, con algunas pinceladas de color azul y también con la incorporación de la frescura viva de las plantas naturales, que ayudan a crear un ambiente acogedor y familiar.
El proyecto en tres tips
- Una puerta de cristal. Para potenciar la luz natural al máximo, se ha instalado una divisoria de aluminio y cristal que separa las estancias de la zona de día y el recibidor de la vivienda. Un elemento funcional que permite aprovechar la luminosidad y aumentar la sensación de amplitud.
- Una isla de cocina en blanco, con el porcelánico inspirado en el famoso Calacatta Gold como gran protagonista, es la transición ideal entre la cocina y la zona del comedor. En la cara que mira a la cocina, en la isla podemos encontrar amplios cajones para guardar el menaje o alimentos. En el lado que da al comedor, hay armarios en blanco y una hornacina iluminada en la parte superior revestida en madera de roble siguiendo la atmósfera de la decoración del salón y el comedor.
- Un salón simétrico. En la pared frontal del salón destaca una librería simétrica realizada a medida con estanterías de madera de roble, justo en la parte central se sitúa el televisor. A lado y lado encontramos dos sofás gemelos enfrentados, en un tejido gris suave. Tras uno de ellos hay un gran ventanal, tras el otro, un gran espejo enmarcado que emula una ventana más, multiplicando así la luminosidad de la estancia.
Más información | Laura Martínez Interiorismo.
Fotografías : Bonet Fotografía
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