Casas que inspiran: surf en la costa de San Francisco

Casas que inspiran: surf en la costa de San Francisco
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Cuando era niña vivía en la costa, y fascinada por las películas americanas, imaginaba preciosas casas sobre la arena de la playa. Pero Malibú quedaba muy lejos. Mis sueños infantiles de pequeñas casas de madera junto a la playa quedaron en eso: solo sueños. La aparentemente destartalada casa de Serena y Mason en la costa de San Francisco me ha hecho revivir esas imágenes.

Situada en Ocean Beach, forma parte de una ordenada colonia de viviendas situadas a lo largo de la playa. La casa está situada en la parte de atrás de una vivienda principal y es muy pequeña. Construida enteramente en madera, la vida bohemia que se desarrolla alrededor de la playa queda patente en este pequeño refugio.

A la entrada una colección de bicicletas y tablas de surf nos dan la bienvenida, no en vano la pareja es socia en una empresa de diseño de tablas, cuyo diseño se gesta en el abigarrado estudio.

Lo que más llama la atención de este hogar es el contraste entre el desorden del exterior con el equilibro que han conseguido en el interior. Si bien el estudio es un cajón de sastre en el que se acumulan libros, skates, y demás artilugios que ocultan las paredes, el resto de las estancias parecen haber pedido a gritos mesura y armonía.

El salón es también zona de paso y se ha decorado con pocos elementos. El confort gira en torno a una gran alfombra de lana que delimita el espacio y aporta calidez. Un escueto sofá y una mesa de centro completan el conjunto, suficiente para descansar del sol de California. Las paredes son un lienzo en el que Mason y Serena exponen objetos relacionados con su vida en común y recuerdos de viajes, todo tiene un significado para ellos.

A los lados del sofá encontramos un vestidor y la entrada a la cocina, donde una escalera de madera conduce al dormitorio, un pequeño espacio aprovechado bajo la cubierta

Contrastando con el carácter austero del resto de la casa, la Eames Lounge Chair ofrece descanso y diseño en un rincón de lectura. Las plantas están presentes en toda la casa, prestando frescura y prolongando el exterior, lleno de naturaleza.

El baño es un pequeño vergel presidido por una bañera independiente. La luz refleja sobre las paredes blancas duplicando el escaso espacio y aportando gran energía.

Una vez sorteada la escalera, llegamos a la cocina, un espacio simpático y casual en el cual todo está a la vista. Vajilla, cristalería y víveres se disponen en un estante común que cubre toda la pared.

Las ventanas están cubiertas de anaqueles que exponen a contraluz objetos de cristal y plantas, en un acertado juego decorativo. Pequeñita pero matona, esta cocina tiene un gran encanto gracias a las paredes de madera y los ligeros toques de color sobre fondo blanco.

Volvemos al exterior, una zona con un extraño atractivo. A pesar del aparente caos reinante, la combinación de elementos que parecen campar a sus anchas, la madera recuperada que recubre el cobertizo y la tumbona artesana, son señas de identidad que nos dan a entender que fuera de la casa se vive tanto o más que adentro.

Después de este recorrido me parece estar sintiendo de nuevo la arena en mis pies, buscando cobijo entre mis dedos. Surf, playa y sol: ¡que nostalgia más grande!

Imágenes vía | Apartment Therapy En Decoesfera | Casas que inspiran

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