Sufro acoso vecinal ¿Qué puedo hacer para demostrarlo y poner remedio?

Sufro acoso vecinal ¿Qué puedo hacer para demostrarlo y poner remedio?

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Acoso vecinal

Nuestra casa debería ser nuestro refugio, el lugar en el que sentirnos a gusto y seguros frente a la inseguridad que podemos tener en el trabajo o en situaciones de estrés. La decoración y el interiorismo están cada vez más encaminados a conseguir ese bienestar para hacernos sentir bien.

Pero en ocasiones, lo que debería ser una isla de calma y de paz, se convierte en la peor de nuestras pesadillas a causa de vecinos que se empeñan en amargarnos la existencia. 

La convivencia en comunidades de vecinos siempre acarrea problemas. El perro de un vecino que no para de ladrar, las lavadoras nocturnas, las fiestas los sábados por la noche, la falta de limpieza en las zonas comunes son algunos de los conflictos más habituales que podemos encontrar en cualquier inmueble. Pero en ocasiones, estos pequeños conflictos se pueden tornar en un problema más grave cuando sufrimos de acoso vecinal. Este hostigamiento constante también es conocido como blocking.

Todo puede comenzar porque un vecino no soporta que tengamos perro. O que queremos poner ascensor, y otro vecino se opone. O porque quieren que vendamos la casa y nos marchemos del edificio. O porque nos hemos quejado del comportamiento incívico de algún vecino, y el aludido, en lugar de rectificar, decide hacernos la vida imposible.

El caso es que en ocasiones, podemos sufrir situaciones de acoso: desde ruido a todas horas (a conciencia) con la música a tope, golpes, martillazos, canicas por el suelo, a insultos por las escaleras, carteles vejatorios en el ascensor, acoso a otros miembros de la familia, amenazas, robos, desperfectos en la puerta, en el coche, en el buzón... En los peores casos, se han vivido incluso agresiones físicas.

El acosador suele buscar que se haga en la comunidad de vecinos lo que él demanda, y si eso no es así, actúa contra los vecinos, contra el presidente de la comunidad o incluso contra el administrador de fincas. En muchos casos, ese acoso refleja una actitud de patología psicosocial, yes complicado intentar dialogar para resolver de una forma amigable el conflicto.

El acoso vecinal está regulado en el Código Penal, donde el delito de acoso se define como una conducta de hostigamiento, persecución, insultos, llamadas o cualquier actuación que perturbe el desarrollo de la vida cotidiana.

En estos casos, muchas personas optan por dejar su casa y marcharse a otra vivienda para alejarse del acosador y poder volver a vivir con tranquilidad. Pero también puedes tomar la decisión de enfrentarte al acosador y poner una denuncia.

Qué hacer en caso de acoso vecinal

En caso de que estés viviendo una situación insoportable, es el momento de ponerte manos a la obra y comenzar a recopilar pruebas que puedan demostrar ese acoso. Puedes recoger testimonios de otros vecinos que también se vean afectados por esos acosos, o que estén dispuestos a testificar que estás siendo acosado (en este caso es complicado en ocasiones, ya que muchos vecinos tienen miedo de que ser acosados también).

También puedes recabar informes médicos y partes de baja si tienes daños psicológicos (ansiedad, depresión) o físicos a causa de ese acoso, así como pruebas documentales que inculpen al acosador o acosadores, desde fotos a mensajes o correos electrónicos amenazantes, carteles que se hayan colgado en las zonas zonas comunes, informes periciales de desperfectos provocados por el acosador en tus bienes... Si has puesto denuncias policiales también deberás adjuntarlas.  

Con todo esto, además de informar a administrador de fincas que gestiona la comunidad de vecinos, deberás ponerte en manos de un abogado para poner la correspondiente denuncia, aportando toda la información que has ido recabando con el fin de dar solidez a tu caso. Ten en cuenta que para tu caso pueda ser considerado como acoso vecinal, no deben ser acciones puntuales, deben repetirse durante un periodo de tiempo prolongado.  

No se trata de acciones meramente ocasionales, al menos deben repetirse durante semanas o meses, y debe demostrarse intencionalidad, y un objetivo claro de alterar tu vida, así como tu libertad y seguridad. Además, el problema es que en muchas ocasiones, ese acoso se produce de forma anónima, aunque tú sepas quién es el acosador, a veces es complicado demostrar que ha sido esa persona. En estos casos, y como medida disuasoria, no está de más colocar cámaras de seguridad en zonas comunes o en el aparcamiento, ya que al quedar grabadas las acciones, es posible que el acosador se vea intimidado a la hora de realizar sus ataques. 

Sea como sea, deberás armarte de paciencia. Puede ser que al ver la denuncia, el acosador ceje en su actuación. Pero también puede ser que decida aumentar la presión para amedrentarte. En todo caso, lo mejor es que cuentes con un abogado que te asesore en todo caso y que te guíe con la demanda judicial. 

Imagen de portada | Liza Summer para Pexels

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